
Cuando nos conocimos ninguna de las dos se podía imaginar que años después nos convertiríamos en socias de nuestro propio negocio.
Sandra y Mireia, dos mujeres diferentes en apariencia pero con una visión de la peluquería muy similar: sencilla, sin dobleces, respetuosa con la esencia de cada clienta y cotidiana.
Comenzamos un viaje de emprendimiento en 2017 que nos ha llevado hasta hoy con sacrificios, ilusiones, sueños cumplidos, constancia y muchísimo trabajo. Hemos crecido exponencialmente en esta andadura y obviamente, no lo hemos hecho solas. Cada una de las mujeres que están, han estado y estarán a nuestro lado en el salón aportando su profesionalidad y personalidad; nos han ayudado a que Del Revés sea hoy lo que siempre quisimos: un salón de peluquería familiar pero de alta calidad.
Seguiremos mejorando a todos los niveles para poder ofrecer (siempre) un servicio de peluquería del que sentirnos orgullosas.
Gracias por acompañarnos.
